Los niños y niñas de la sala cuna mayor con entusiasmo se convirtieron en exploradores y se sumergieron en una emocionante aventura durante su visita a la granja educativa. Con ojos curiosos y sonrisas radiantes, los niños y niñas descubrieron el mundo fascinante de los animales y la naturaleza. Emocionados, alimentaron a las ovejas con sus manos, acariciaron a los conejos con delicadeza y se maravillaron con el vuelo de las aves.
La experiencia no solo despertó su asombro, sino que también fortaleció su conexión con el entorno, fomentando un amor por la biodiversidad y la vida en el campo. La granja educativa se convirtió en un aula viva donde aprendieron sobre el cuidado de los animales, la importancia de la agricultura sostenible y el respeto por la naturaleza, dejando una huella imborrable en sus corazones inquietos y curiosos.
Así también la participación de las familias marcó un momento especial. Acompañados por padres entusiastas y familiares comprometidos, fortaleció los lazos afectivos, promoviendo un ambiente de aprendizaje colaborativo, donde padres y niños compartieron experiencias significativas y aprendieron unos de otros.
